Los territorios insulares suelen padecer un sistema económico dependiente del exterior en recursos tan vitales para el desarrollo como son la alimentación y la energía. En Canarias, resulta especialmente preocupante que las políticas específicas para ambos recursos no hayan abordado una “estrategia de solución” para unos territorios alejados y superpoblados como estas islas. La ausencia de planificación a través e una ordenación territorial adecuada a los frágiles ecosistemas insulares, que parta del aprovechamiento sostenible de los recursos endógenos y renovables, ha sido una absurda seña de identidad de nuestro modelo de desarrollo que nos hace muy vulnerables.
Llama poderosamente la atención la dependencia energética de las islas en un 98% de un combustible fósil, caro y contaminante -el petróleo- importado desde miles de kilómetros y que convive con abundantes recursos propios renovables, más baratos y limpios que no sólo no terminan de ponerse en valor, sino que además se desfavorecen desde el punto de vista normativo.
Pero es más sorprendente aún la planificación energética que se diseñó hace un cuarto de siglo, cuando el Parlamento Canario en noviembre de 1988 se decide por el Gas Natural Licuado (GNL) frente al carbón, posteriormente recogido en el primer PECAN y aprobado en 1990.
Hoy, tanto tiempo después, las tecnologías renovables han alcanzado niveles de desarrollo que hacen su aprovechamiento más competitivo que cualquier otra energía primaria fósil, circunstancia que debería obligar a revisar la planificación energética canaria, hacia una mayor autosuficiencia. En lugar de ello, se mantiene la apuesta por el GNL, presentándola como la panacea- que abarataría costes y daría estabilidad a la penetración de las renovables en los sistemas eléctricos insulares- cuando la realidad es que esa apuesta nos llevará a seguir ahondando en la dependencia del exterior y supondrá un obstáculo grave para el desarrollo de las renovables en Canarias conectadas a la red.
Este absurdo argumentario no se justifica hoy por hoy desde un punto de vista técnico ni económico, sino atendiendo a los intereses del monopolio energético en las Islas.
Desde la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias (PNMEC) entendemos que los principales retos de los sistemas energéticos de las Islas son: tratar de superar la dependencia del exterior, reconducir la insostenibilidad económica y ambiental del modelo, disminuir el elevado consumo y la ineficiencia energética y evitar la gestión monopolista del conjunto, facilitada por la colaboración perversa de los gobiernos de turno.
PRINCIPIOS PARA EL CAMBIO DE MODELO ENERGÉTICO EN CANARIAS
Por tanto desde esta Plataforma (PNMEC) creemos que los principios sobre los cuales debe articularse la estrategia de solución para ir respondiendo adecuada y progresivamente a cada uno de estos retos son:
1) Una nueva cultura energética.- Proponemos la democratización del sector. En la energía- como en la gestión del agua y la producción de alimentos- necesitamos cambiar hacia actitudes más responsables en las formas de producir y consumir. Cambio que empieza con políticas serias de ahorro y eficiencia a todas las escalas: desde los consumos directos de la edificación, hasta la planificación urbanística y territorial, estrechamente vinculada a las necesidades de movilidad, consumo energético y generación de emisiones de GEI. Un modelo donde es imprescindible la participación, tanto de los ciudadanos como de los profesionales implicados en el diseño y planificación del territorio, para ir introduciendo pautas democráticas que, al mismo tiempo que van debilitando el régimen de monopolio, favorezcan políticas energéticas municipales adaptadas al potencial de cada comarca y con voluntad de servicio a los intereses generales.
2) La soberanía energética.- En territorios con abundantes recursos energéticos renovables y teniendo en cuenta los avances producidos en las últimas décadas por las tecnologías limpias para su aprovechamiento -que abarata considerablemente los costes de generación y aporta sostenibilidad ambiental- no existe argumento racional posible que justifique la continuidad de un modelo energético basado en recursos fósiles controlados por terceros. En lógica consecuencia, nos parece evidente que sólo desde el uso generalizado de las energías limpias propias, a través de la generación distribuida, es como podremos resolver el reto de la disminución de la dependencia y la mejora de la sostenibilidad económica y ambiental. Soberanía energética que entendemos basada fundamentalmente en un creciente uso de las energías limpias hasta que sea posible llegar al objetivo '100x100 renovables'.
3) Ahorro y eficiencia energética.- Partimos de la idea de que no existe mejor gestión de la energía que aquella que busca en primer lugar la eliminación de todo consumo innecesario, de manera que el ahorro y la eficiencia energética deben ser siempre la prioridad. Es por ello que desde la PNMEC nos parece de vital importancia contar con una planificación urbana eficiente, que evite consumos de nuevo suelo lejos de los núcleos urbanos existentes, así como procurar la rehabilitación eficiente de las ciudades y su modelo urbano, favoreciendo la mezcla de usos (residencias, colegios, áreas de trabajo, comercio, centros de salud…), para disminuir la necesidad de movilidad. La rehabilitación eficiente de los edificios debe hacerse teniendo en cuenta el clima, la orientación, los vientos dominantes, la radiación solar y otros factores que mejoran el confort disminuyendo el consumo energético (arquitectura bioclimática). Todas las necesidades de la ciudadanía y la generación de la economía deben construirse desde la perspectiva del impulso a lo local- favorecer economías de proximidad-, la mejora del bienestar, evitar el despilfarro energético e impulsar medidas para la mitigación y lucha contra el cambio climático. Este proceso debe ir acompañado de una apuesta clara por la alfabetización energética de la sociedad, de modo que adquiera mayor capacidad de decisión y actuación, con solvencia y responsabilidad.
4) Aprovechamiento inteligente y solidario de nuestros recursos naturales.- Nuestra Plataforma (PNMEC), entiende que para garantizar la conservación de estos recursos, las energías limpias, renovables y autóctonas (eólica, solar, geotérmica, maremotriz, etc.) deben desplazar lo antes posible, pero de forma planificada, a las tecnologías no renovables, contaminantes y peligrosas. Al mismo tiempo, debe planificarse adecuadamente el uso del territorio, a través de Planes Estratégicos de Ordenación que identifiquen las zonas más propicias para la instalación de infraestructuras energéticas -cubiertas solares, parques eólicos, sistemas de bombeo, etc.- optimizando el aprovechamiento de nuestro relieve para la generación y almacenamiento de la energía, favoreciendo y respetando al mismo tiempo el suelo agrícola, igualmente estratégico para avanzar hacia la autonomía alimentaria.
METODOLOGÍA PARA UN CAMBIO DE MODELO
Para abordar con éxito la estrategia de solución es necesario contar con un buen análisis y diagnóstico de la situación actual. Esta no es tarea fácil, al tener que afrontar previamente la comprensión de un modelo marcado por la falta de transparencia, diseñado premeditadamente opaco por el monopolio energético, teniendo como cómplices necesarios- mediante sustanciosas compensaciones- a los gobiernos de turno. Estos últimos utilizan instrumentos como el BOE y los medios de comunicación para encubrir sus irregularidades lo cual ha derivado en el atropello a la ciudadanía a través de uno de los recibos eléctricos más caros del mundo: el de Canarias.
La salida de la crisis pasa, entre otros cambios, por el del modelo energético. La energía está presente en todas y cada una de nuestras actividades, tanto domésticas, como laborales y de ocio. Las principales tareas a abordar desde esta plataforma ciudadana plural, abierta y democrática por un nuevo modelo energético son:
- Realizar un análisis y diagnóstico previos del modelo energético actual.
- Desarrollo de una buena estrategia de información al ciudadano que permita, con criterios pedagógicos y accesibles, destapar la demagogia y la gran mentira que aparentemente justifica el coste y el déficit energético actuales, visibilizando el talón de Aquiles del absurdo modelo que en la actualidad padecemos.
- Concretar los objetivos generales y específicos de la plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias que serán la base para el correspondiente Plan de Acción Temporalizado (PAT).
- Establecer el PAT priorizando tareas y acciones, teniendo en cuenta dos vertientes: una común con la plataforma estatal -en los aspectos coincidentes- y otra específica, que contemple las características particulares de la problemática de los sistemas energéticos canarios.
- Promover el libre acceso a la red eléctrica, la gestión de la demanda y el desarrollo de microrredes eléctricas que integren tanto la generación como la gestión de la demanda.
- Integrar en esta plataforma PNMEC a todos los sectores (sociales, políticos, empresariales, profesionales…) interesados en un nuevo modelo energético para Canarias, evitando los intereses partidistas y sumando esfuerzos canalizados hacia el interés general
CREACIÓN DE SINERGIAS
Si bien la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias (PNMEC) contempla las especificidades derivadas de las diferencias geográficas y las de padecer un aún más absurdo modelo energético, compartimos en líneas generales el Ideario de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético de ámbito estatal (PNME) de cuyo documento base compartimos, entre otras, las siguientes reflexiones:
Con respecto a la creación de riqueza y empleo, las renovables, la rehabilitación bioclimática y eficiente (tanto urbana como edificatoria), la instalación de dispositivos de ahorro y de uso inteligente de la energía suponen un inmenso yacimiento de puestos de trabajo, tanto en su instalación como en el mantenimiento de las mismas. Un sistema energético descentralizado basado en renovables es mucho más intensivo en mano de obra que el modelo centralizado vigente en la actualidad.
En un momento como el actual, en el que nuestro país necesita imperiosamente cambiar su modelo económico y productivo, estimamos suicida tirar por la borda un sector productivo de alto valor añadido como es el de la eficiencia energética y la implantación de energías renovables, en la que nos habíamos posicionado a la vanguardia internacional.
El desarrollo de las renovables irá indefectiblemente en paralelo a la reducción de las energías convencionales, la descentralización de las fuentes de energía y la democratización del acceso a la red. Por ello es necesario que se adopten medidas públicas para garantizar la protección del empleo y medidas para reciclaje profesional de los trabajadores de las instalaciones convencionales para incorporarlos a nuevos empleos asociados a las energías limpias.
Sólo desde una opinión pública informada y crítica con el modelo actual será posible romper la alianza de hierro que existe entre los gobiernos y las grandes compañías del sector de la energía, cuyos enormes beneficios y poder dependen de su modelo centralizado, contaminante y basado en maximizar la dependencia de los ciudadanos de las energías fósiles. Es preciso recordar a los gobiernos que su compromiso en las urnas no fue el de defender los intereses de una minoría más allá de todo control democrático. Su compromiso es con los ciudadanos y con el medio ambiente y debe tenerse en cuenta que la sostenibilidad ha de ir de la mano del bien común.
Santa Cruz de Tenerife, junio de 2013
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