Antonio Morales
Cada cierto tiempo resucita el fantasma del gas. Se aparece y cada vez que lo hace va dejando un rastro de dinero importante a favor de los que andan en la pomada. Desde luego la operación les está saliendo redonda. Y apesta. Por ahora, y sin que se haya movido una piedra, los millones de euros vuelan. Vuelan y aterrizan en el bolsillo de unos pocos. Y nos señalan claramente de qué va la cosa. Y después nos llevamos la manos a la cabeza los que sabemos que, si se implantara en Canarias, las renovables terminarían definitivamente yéndose al garete. Pero ya está bien de ingenuidades y de utopías. Que el negocio es el negocio. Que el interés general y el bien común no pueden suponer un freno a las reglas del mercado.
Hace unos días, y para cumplir el mandato del ministro Soria de que el gas debía ser gestionado en Canarias por Enagás, se ha cerrado por fin la operación de venta definitiva a la gasista española –es un decir- de lo que quedaba de Gascan (47,18% de Unelco-Endesa y 10,88% de Sodecan ) por un total de 8,98 millones de euros. Y a partir de ahí, lo de siempre: que si en Tenerife va todo muy rápido y aquí no por culpa del ayuntamiento de Agüimes y la Mancomunidad del Sureste, que si es menos contaminante, que si es más barato, que su introducción es de relevancia alta, que si es indispensable… Desgraciadamente son muy pocos los que alzan la voz para decir que su implantación frenaría definitivamente las renovables. Que si Enagás y los comercializadores realizaran una inversión de varios miles de millones de euros, su amortización en el tiempo impediría que entraran las renovables, más baratas, más limpias, más seguras y más rentables.
La historia de las intenciones de hacer llegar el gas a Canarias a toda costa y las maneras en que se ha hecho es bien conocida, pero no está de más recordarlo. En 1999 se constituyó Gascan con capital público y privado como instrumento necesario para su entrada. Unos años después y de la mano de, entre otros, Adán Martín, Melchior, Mauricio, los hermanos Soria y Miguel Becerra (que después pasaría a presidirla, visibilizando las puertas giratoria que ligan a una parte de la política con los lobbies energéticos), el Gobierno canario decide desprenderse de la mayor parte de sus acciones y traspasarlas a dedo, sin el menor pudor, a seis grandes empresarios de Tenerife (Plasencia, Cobiella, Ignacio González, Rodríguez de Azero, Fuentes…) y seis de Gran Canaria (Lopesan, Astican, familia del Castillo, Laymo (Prensa Ibérica), Pérez Moreno y Satocan), que constituyen Regional Canarias de Energía con una participación en Gascan del 41,94%. Con cuatro perras de capital inicial, y se calcula que con una inversión no superior a los 600.000 euros, esta sociedad se desprende de sus acciones en 2011 y las traspasa a Enagás, sin que se hiciera público por parte de la gasista el importe económico de la venta, aunque en distintos mentideros se ha hablado de una cantidad que rondaba entre los 3 y los 6 millones de euros, mientras los empresarios canarios aseguraban que apenas les había reportado un 7% de ganancias. La verdad es que, como no nos aportan los datos, si hiciéramos una simple regla de tres podríamos llegar a la conclusión de que si ahora Enagás paga 8,98 millones de euros por el 58% de las acciones, lo lógico es que el 42% restante se hubiese comprado por 6,50 millones de euros. En fin una preciosa, y rentable, operación de ingeniería financiera. Limpia de polvo y paja.
Se trata de una gran maniobra especulativa que atenta contra el modelo limpio y renovable que demanda la sociedad canaria y que es frenado una y otra vez hasta el punto de que hoy estamos a la cola a pesar de reunir las mejores condiciones en horas de sol, vientos regulares, calor del interior de la tierra… Y para reanudar las embestidas ponen toda la operación en manos de Enagás, una multinacional que forma parte del Ibex 35 y que está controlada por el PSOE y el PP por medio de exministros y exsecretarios de Estado que copan su consejo de administración. Y tiene el mandato de recuperar una parte de las inversiones de más de 25.000 millones de euros realizadas en infraestructuras gasistas y ciclos combinados que hoy se encuentran hibernados porque no pueden competir con la energía eólica, mucho más barata, rentable y limpia. REE calcula que se podrían cerrar diez en toda España.
Y Canarias les viene de perlas para la operación. No es casualidad entonces que en este archipiélago el PSOE, el PP y la muletilla necesaria de CC, nos estén intentando implantar un modelo caduco, inseguro y contaminante… Para salvar a unos pocos y en contra de nuestro futuro y nuestra soberanía energética. Y lo van haciendo con una estrategia muy bien medida y muy bien calculada. Por eso se están intensificando en esta tierra las maniobras para vendernos las bondades del gas y para hacerlo llegar a nuestras casas e industrias. Se crea una necesidad y después se hará mucho más fácil la introducción de las regasificadoras. En los últimos meses Gasificadora Regional Canaria (Gas Canarias, filial de Unelco-Endesa), Disa y Relexis (filial de Goldman Sachs, sí la de los swaps y la dudosa reputación en la crisis que vivimos) andan a la caza y captura de los ayuntamientos canarios para instalar plantas de gas propanado y redes de distribución hasta los hogares, hoteles y centros de trabajo. Y empiezan a abrirse paso en Adeje, Arona, San Miguel de Abona, Telde, San Bartolomé de Tirajana, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Puerto de la Cruz y Las Palmas de Gran Canaria. Solo les falta la autorización, previo concurso, de la consejería de Industria y a partir de ahí a abrir zanjas y canalizaciones y trepar por los edificios e introducirse en las viviendas de Canarias con unas infraestructuras perfectamente compatibles con el gas natural. ¿No sería mucho más limpio, cómodo, seguro, barato y fácil –permítanme la pregunta ingenua- que se potenciaran las renovables generalistas y el autoconsumo en los hogares?.
Y nos meten entonces, además, en una espiral de riesgos por las fugas de gas o la mala combustión a los que hemos sido ajenos en Canarias hasta la fecha. Nos dirán que es muy raro que suceda, pero con muchísima frecuencia vemos en los medios de comunicación accidentes de graves consecuencias, el último, enorme, en un hospital infantil de México con el resultado de tres muertos, 39 hospitalizados y 18 heridos graves. Y dicen que viene muy bien para los hoteles, pero nos olvidamos rápidamente de lo que sucedió en el Hotel Cordial de Mogán donde una deflagración de gas produjo dos muertes y numerosos heridos. Hoy este hotel ha sustituido el gas propanado por biomasa, como sucede en distintos lugares del mundo con enorme efectividad, tal y como señala el IDAE que ha puesto en marcha líneas de ayuda para implantar este sistema. Afortunadamente muchos hoteles del mundo garantizan un plus de rentabilidad acogiéndose a las renovables para generar energía, pero aquí, donde hay que ponerle aire acondicionado a las placas para que no se fundan por el exceso de sol, nos ponemos a mirar para el gas.
Mientras por este rincón del Atlántico nos columpiamos en el limbo o en intereses espurios, miren lo que dice (textualmente) el consejero de Economía y Competitividad del Gobierno de Baleares, del PP, por cierto: “¿Hay tecnologías renovables maduras para que vayamos al 100% de energías renovables? Tenemos que decir que sí. Básicamente la energía eólica, evidentemente la energía fotovoltaica y después entramos en el tema de biomasa, en cuanto a los residuos forestales vinculada a la generación de energía térmica. Por tanto, ¿tenemos energías maduras para avanzar en el 100% de renovables? Sí. ¿Por qué apostar por las energías renovables? Yo creo que es llevarlo a dos terrenos. En el ámbito económico por un lado. ¿Por qué en el ámbito económico? Pues porque mejora la balanza de pagos. Evidentemente utilizando recursos de energías renovables es mucho más barato que con otras energías y además activamos un sector económico vinculado a todo el desarrollo de las energías renovables. Evidentemente, está soportado por estudios y por encuestas, mejora nuestra imagen en el ámbito turístico. ¿Por qué? Porque yo creo que existe una concienciación muy clara a nivel mundial y por tanto a nivel del turismo que recibimos. Trabajar sobre el ámbito de la sostenibilidad y de las energías renovables es una obligación de cualquier administración, evidentemente de cualquier comunidad. Comunidad hablando en términos de sociedad". Paradójico.
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