Fran Castro
El 24 de septiembre, un informe del programa Hombre y Biosfera de la Unesco titulado Incidencia de las prospecciones petrolíferas en las Islas Orientales del Archipiélago canario detallaba los impactos de las perforaciones sobre las distintas comunidades naturales y mostraba la preocupación de este organismo internacional ante las prospecciones autorizadas en las Canarias.
El 16 de marzo de 2012, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo aprobaba un Real Decreto por el que se otorgan permisos de investigación de hidrocarburos frente a las costas de las islas de Fuerteventura y Lanzarote a la multinacional Repsol. La zona donde se pretenden realizar las prospecciones está localizada en el sector oriental del Océano Atlántico, a escasos kilómetros del litoral de las islas de Fuerteventura y Lanzarote. El 31 de julio de 2013 el Ministerio de Industria y Energía inició procedimiento por el que somete a información pública el Estudio de Impacto Ambiental de diversos proyectos de sondeos exploratorios de hidrocarburos en aguas profundas de esas dos islas, a petición de Repsol Investigaciones Petrolíferas. El 23 de septiembre se presentaron contra este documento miles de alegaciones individuales y decenas en nombre de otras tantas organizaciones, lo que significa una nueva demostración del amplio rechazo social que suscita el proyecto de Repsol en Canarias.
En busca de pozos de petróleo y gas
La exploración e investigación para averiguar la existencia de bolsas de petróleo o gas consiste en realizar una serie de perforaciones de los pozos. Estas perforaciones generan residuos que al mezclarse con las arcillas del fondo forman un barro oleoso que resulta mortífero para la fauna abisal. En esta fase, los principales causantes de la contaminación son algunos metales pesados como el mercurio o el cadmio, y algunos hidrocarburos aromáticos como el benceno, altamente tóxicos e incluso cancerígenos.
La profundidad de las catas que quieren llevar a cabo estará entre los 2.500 y los 3.500 metros. Hasta hace unas décadas, la detección y extracción de petróleo en aguas profundas y ultraprofundas era impensable. Actualmente, los avances técnicos permiten a las compañías petroleras ir cada vez más lejos en la búsqueda de activos. Sin embargo, los riesgos son enormes, pues las posibilidades de accidentes son cada vez más altas y sus consecuencias, irreversibles, al complicarse enormemente las soluciones técnicas en caso de problemas. El de mayor repercusión mediática fue el ocurrido en 2010 en el Golfo de México, en la plataforma Deepwater Horizon.
Impactos de la prospección
A día de hoy, el turismo es la industria que más empleos genera en Canarias. En el caso de que se produjeran derrames de crudo, las consecuentes mareas negras hacia las playas de las islas tendrían un impacto para la economía. Respecto de la incidencia sobre las pesquerías locales, nos remitimos al contenido del informe El impacto de las plataformas de perforación de petróleo, de 2013, que analiza la deriva de larvas de peces en áreas de afloramiento y sus consecuencias para la pesca en las Islas Canarias, elaborado por Santiago Hernández León.
En dicho informe se expone que “la ubicación de las perforaciones se localizan justamente en el lugar de mayor sensibilidad para el transporte larvario que alimenta las pesquerías de pequeños pelágicos, por lo que un derrame en esta zona tendrá un impacto ecológico catastrófico en todas las islas durante un período de tiempo indeterminado de amplia trascendencia socioeconómica para las pesquerías locales en Canarias”.
A lo largo de este último año y medio se han llevado a cabo diversas movilizaciones ciudadanas que reflejan un amplio rechazo social al proyecto exploratorio y extractivo de Repsol en Canarias. Además, las principales instituciones, como son el Gobierno de Canarias y los cabildos insulares de Lanzarote y Fuerteventura, se oponen radicalmente a dichas prospecciones petrolíferas en aguas canarias.
En este contexto surgen plataformas ciudadanas como No a las Petroleras, sí a las Renovables o Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias,que vinculan su rechazo a las prospecciones de Repsol con la necesidad de orientar las políticas energéticas en las que la implantación de energías limpias sean prioridad en un territorio con un potencial excepcional de fuentes renovables. El 23 de septiembre comenzaron varias vigilias en las que participaron entre un centenar, según Delegación de Gobierno, y mil personas, según los convocantes.
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