¿No va siendo ya el momento de construir el presente que planeamos ayer si queremos tener futuro?
Sr. Ministro de Industria y Turismo, D. José Manuel Soria,
Sr. Presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias, D. Paulino Rivero:
Nuestra Organización es un grupo modesto pero amplio y plural de empresas, sindicatos, partidos políticos, profesionales y ciudadanos en general a los que nos une un objetivo: alcanzar una nueva forma de producir energías con fuentes renovables, gestionar y consumirlas con eficiencia energética en la que el respeto al Medio Ambiente y la generación de riqueza y empleo locales sean los principios fundamentales. Y con una profunda convicción: es posible, es una aspiración irrenunciable y es un ejercicio de responsabilidad.
En los últimos años, todos nosotros hemos seguido con creciente interés todas las declaraciones y políticas que han desplegado ustedes como representantes de los gobiernos de España y de Canarias. En todas ellas siempre han invocado el interés general, hasta el punto de que nos exigen actos de fe que normalmente los hechos han venido a desmentir una y otra vez; de ahí que nos hayamos agrupado para presentarles a ustedes y a la opinión pública propuestas a la actual forma de entender y poner en práctica la política energética de Canarias y del conjunto del Estado.
Hay aspectos del análisis que sus gobiernos hacen de la situación energética de estos territorios, con los que coincidimos: dependemos demasiado del exterior, de combustibles fósiles que no poseemos, existe una cierta capacidad sobrante de instalaciones generadoras de energía, hay que introducir competencia en aquellas áreas en las que es posible, debemos diversificar las fuentes de energía, los sistemas de retribución de las actividades energéticas deben alcanzar la suficiencia para cubrir sus costes, etc. Y sin embargo, las medidas que se adoptan desde los ejecutivos, legislatura tras legislatura, tienen el efecto contrario al que ustedes pretenden.
Por si esto fuera poco, el Mundo camina hacia un nuevo paradigma energético, y precisamente Canarias y España avanzamos en sentido contrario. La Unión Europea y la Agencia Internacional de la Energía –por citar sólo dos ejemplos- nos señalan objetivos encaminados hacia el ahorro y la eficiencia energética, hacia una participación creciente de las energías renovables, hacia la participación de la población en los procesos de producción y consumo responsables de la energía,… Curiosamente, la visión centralizadora de la actividad de generación que relega al ciudadano a un simple usuario-pagador es la única que vemos en el seno de sus gobiernos.
Cuando ustedes hablan de diversificación de fuentes de energía ponen como prioridad el petróleo y el gas: ¿De verdad que es este el modelo que España, pero sobre todo Canarias, necesita para abordar sus retos en un mundo global? ¿Es así como piensan que vamos a lograr una sociedad cohesionada, participativa, competitiva y comprometida con su entorno? Más bien parece que no. ¿Qué fue de las renovables en las Islas?
La Región pionera en España, la que cuenta con más horas de sol al año y el mayor potencial eólico; es precisamente la que más emisiones de CO2 lanza a la atmósfera, y sin perspectivas de alcanzar algún tipo de convergencia con los objetivos de Kyoto. La Región cuya electricidad proviene en cerca de un 95% de combustibles fósiles mientras el viento y el sol pasan día tras día de largo sobre nuestras cabezas sin poder aprovecharlos.
Sus gobiernos tienen datos, informes, expertos,… todos ellos señalan que en Canarias las energías renovables son competitivas, que ayudan a reducir el coste de producir electricidad, que contribuyen a mejorar el Medio Ambiente, que hay casos suficientes en otras regiones insulares del Mundo en los que se han desarrollado o se están desarrollando sistemas eléctricos aplicando la generación distribuida, con elevadas cuotas de participación de renovables, la aplicación de tecnologías de redes inteligentes, la dinamización del tejido empresarial y la participación ciudadana.
Señor Ministro: los costes de generación en los sistemas eléctricos insulares de Canarias son de los más caros de todas las comunidades autónomas, con un sobrecoste anual que supera los 1.000 millones de euros que se repercute en los contribuyentes a través de los presupuestos generales del Estado y en el recibo de la luz de los más de 20 millones de contratos de la TUR, si en Canarias el coste de generación con energías renovables, haciendo una media para solar y eólica, es la mitad de los costes actuales con petróleo, ¿por qué desde la reforma eléctrica en camino no se apuesta plenamente por las energías limpias en Canarias resolviendo, además del problema económico, el de la grave dependencia energética y el de los gases de efecto invernaderos que tanto están contribuyendo al cambio climático?
Señor Presidente: cuando una familia dedica un 10% de sus ingresos al recibo de la luz es una familia en situación de "pobreza energética", con dificultades para pagar el servicio eléctrico imprescindible hoy para vivir. Si la Comunidad Autónoma Canaria fuese una familia, estaría sin ninguna duda en esa condición, puesto que si a los sobrecostes anuales de generación de los sistemas eléctricos insulares, más de 1.000 millones de euros, le añadimos los costes, superamos claramente el 10% de los presupuestos autonómicos que son incapaces de asumir y que aparecen en la parte regulada del recibo de la luz como costes extrapeninsulares e insulares y que se reparten en todas las facturas del estado español. Señor presidente, con la riqueza que tienen las islas en energías renovables, hoy, plenamente competitivas con las energías primarias fósiles y cuyo desarrollo tanta riqueza y empleo podrían crear, ¿cómo es posible que Canarias esté en situación de "pobreza energética" siendo territorios de abundantes recursos energéticos renovables?
No hay excusas. Es tiempo ya de poner en marcha un nuevo modelo energético en Canarias. Si los objetivos están claros y ustedes defienden el interés general, la respuesta a todos los problemas que plantea la energía en Canarias conduce a una sola respuesta: renovables. Pero ¡ojo!, no de cualquier forma. Los ciudadanos queremos poner en práctica un derecho escasamente enunciado: el derecho a producir y consumir nuestra propia energía.
Sostenidos por nuestra convicción, les invitamos a asomarse a este nuevo modelo energético, a tomar las decisiones que nos pongan ya en camino hacia los objetivos que ya están presentes en los discursos políticos, pero que piden paso con clamor creciente.
Atentamente,
Px1nmec
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