Antonio Cabrera
Vamos a intentar pensar por nosotros mismos. Y para ello lo primero que haemos es preguntarnos, ¿es hoy el gas natural la energía primaria que mejor resuelve los problemas de dependencia, déficit y contaminación de los sistemas eléctricos insulares, cuando las renovables las tenemos aquí y son mucho más baratas?
Hablamos de imposición porque no hay una justificación, desde la razón y la sostenibilidad económica y ambiental, para presentar al gas natural como la energía primaria que va a resolver los problemas de los sistemas eléctricos insulares. Sus cómplices el gobierno autónomo y los partidos políticos de CC, PSC y PP que nunca han tenido un proyecto energético propio para las Islas independiente de los intereses del monopolio eléctrico Endesa.
Porque no es verdad lo que nos cuentan los defensores del gas natural en Canarias. Medias verdades y mucha demagogia para intentar justificar hoy todo un conjunto de infraestructuras, puertos, depósitos de almacenamiento, regasificadoras y gaseoductos, muchos millones de €, muchísimos, de dinero público para negocios privados. Para introducir una energía primaria fósil que tenemos que importar, es decir más dependencia energética del exterior y dependencia de unos precios que no controlamos y la certeza de que cada vez serán más caros(1), cuando el presente y el futuro son las renovables.
Queremos en estas líneas identificar los contenidos del argumentario de la estrategia del engaño que utilizan Endesa, Enagas y REE y que repiten sin salirse del guión las instituciones canarias, y que ya no nos extraña oír como los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno en la comunidad autónoma canaria funcionan como un coro que ensaya en el consejo de administración de las eléctricas, muy bien remunerados, y no precisamente por la calidad de sus voces sino por sus silencios cómplices.
Inicialmente los proyectos de centrales térmicas de Juan Grande y Granadilla de Abona estaban pensados para el uso de carbón importado de la península. En ese momento, década de los ochenta del siglo pasado, se produce un debate entre las diferentes fuerzas políticas y colectivos ecologistas que concluye, desde el ámbito institucional, en un acuerdo del parlamento canario, en noviembre de 1988, en el que se rechaza el carbón y se apuesta por el gas natural para los ciclos combinados de las futuras centrales. Entonces, hace 25 años, era un buen acuerdo puesto que las energías renovables, poco maduras, no eran competitivas en el mercado eléctrico.
Pero, hoy, un cuarto de siglo después, en el sector energético ha habido muchos cambios, cambios sustanciales que, desde una perspectiva de racionalización del gasto público y de criterios de sostenibilidad en la planificación sectorial de los sistemas eléctricos insulares, obligarían a reconsiderar el acuerdo del parlamento autonómico citado anteriormente. Puesto que hoy, mientras el precio de las fósiles no ha dejado de subir y continua, las energías primarias renovables, abundantes en las islas, no han parado de bajar, siendo competitivas en el mercado eléctrico. Porque, además, tenemos unos sistemas eléctricos insulares muy caros, deficitarios. Los seis sistemas eléctricos canarios en el año 2013 tuvieron unos números rojos de unos 1.400 millones de €. Creemos que sobran motivos para reconsiderar la política energética oficial en las islas.
Empezaremos diciendo que en Canarias nunca ha existido, ni existe, una planificación energética independiente de los intereses del monopolio de Unelco/Endesa, ahora en manos de la multinacional pública italiana Enel. La evaluación de los objetivos de las diferentes ediciones del PECAN y lo planteado en su última versión, en trámite, las Directrices de Ordenación Sectorial de la Energía DOSE, son una prueba de la ausencia de una planificación autónoma que continua apostando por la dependencia en detrimento de la soberanía energética.
Hechas estas consideraciones a modo de contextualización vamos a ir desgranando la estrategia de la mentira con el gas natural que es posible por la complicidad y colaboración de los gobiernos de turno, tanto del estado como autonómico, que ponen a su disposición el BOE como ha quedado demostrado en la reforma eléctrica(2).
¿Qué dicen los defensores del gas natural?(3). Pues que con el GN diversificamos las fuentes del mix eléctrico y eso significa más seguridad para el abastecimiento, que ahorramos al año unos 240 millones de € y que reducimos los gases de efecto invernadero acercándonos al cumplimiento del protocolo de Kioto. Estos suelen ser las tres razones para justificar la creación de un mercado del gas en Canarias, añadiendo, además, que es imprescindible para dar estabilidad a la introducción de renovables en el sistema.
La base de la estrategia manipuladora de los que defienden el gas natural, que les permite en su discurso dar la apariencia de que tienen razón, es el olvido intencionado de las renovables para que el gas natural salga exitoso en la comparación con el petróleo.
A partir de este marco de razonamiento sus tres argumentos a favor le salen en cascada:
Con los ciclos combinados de GN de Tenerife y Gran Canaria ahorramos al año unos 240 millones de €, pero cuánto ahorraríamos, por ejemplo, si cumpliéramos el 30% de renovables en el mix eléctrico que establece el PECAN 2007 para el 2015?, pues superaríamos los 300 m€. Esto se oculta para vendernos la moto de las bondades del GN.
Nos acercaríamos al cumplimiento del protocolo de Kioto al reducirse la aportación de gases de efecto invernadero con el GN. Sin entrar en aspectos como que el metano tiene veinte veces el poder del CO2 para emitir dichos gases contaminantes. En qué lugar dejamos al GN en lo que al cumplimiento de Kioto se trata si lo sustituimos por energías renovables?. Ganaría por goleada.
Lo de la diversificación de las fuentes al no depender tanto del petróleo, como una mayor garantía del suministro, es otra falacia más. El principal problema de los sistemas eléctricos insulares es la dependencia energética del exterior y con el gas natural podremos diversificar pero no se reducen las importaciones. Qué casualidad que el tema de la dependencia no se aborda en la reforma de don José Manuel Soria, que también es problema para España que tiene una dependencia de veinte puntos por encima de la media europea.
Y, por último, nos cuentan que el GN es necesario para la introducción de las renovables cuando en la península hemos observado todo lo contrario, las renovables ha competido con los ciclos combinados ganándole la partida, quedando su participación en el mix del año pasado reducido a un 11% de su capacidad de generación. Aquí la cobertura a la intermitencia de las renovables tenemos que hacerla con las hidroeólicas de bombeo, la geotermia y grupos diesel, mientras dura la transición al nuevo modelo energético, hasta llegar al 100% renovable.
Por lo tanto, desde la Px1NMEC entendemos que el gas natural en Canarias no resuelve los problemas que tenemos y será un obstáculo para el desarrollo de las renovables, puesto que la complicidad de los gobiernos estatal, con la anulación del derecho preferente de las renovables para entrar en el mercado y, autonómico, reservándole en las DOSE un 37% en el mix o 5.000 horas de funcionamiento a los ciclos combinados de GN. Ambas instituciones ponen en evidencia la estrategia de la imposición de una energía fósil que en las islas ha quedado desfasada y a un gobierno autónomo que, desde la defensa de lo nuestro, potencia la dependencia y el abandono de los recursos propios.
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(1) El precio del petróleo y el gas natural se ha multiplicado por cuatro en los últimos 15 años. “Urgente: afrontar el reto energético” El País 24-04-14. Luis Atienza Serna, ex presidente de REE.
(2) Ley 17/2103, de 29 de octubre, de garantía del suministro e incremento de la competencia de los sistemas eléctricos insulares. Disposición final primera.
(3) www.gascan.es.
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