Sol Rincón Borobia | La Opinión
La Fundación EQUO asegura en su último informe sobre empresas sostenibles que España tiene un gran potencial para generar "empleos verdes", sobre todo gracias a las energías renovables, la rehabilitación de edificios, la gestión de residuos y la movilidad. Sin embargo, las políticas del Partido Popular van en sentido contrario, poniéndoselo difícil a este tipo de negocios, hasta el punto de que algunos productores tinerfeños de energías renovables auguran que en breve empezarán las ejecuciones de fincas por parte de los bancos.
Como ejemplo, esta fundación asegura que si en el año 2020 se lograra que el 20% del consumo energético fuera gracias a las energías renovables, "se generarían 124.265 empleos directos, un 81,5% más que los existentes, sobre todo en la fabricación e instalación de energía solar térmica". No obstante, el Real Decreto-ley 1/2012 del PP por el que se procede a la eliminación de las primas a la producción de energía renovables "supondrá un descenso de estas cifras e incluso la reducción de 20.000 empleos por el abandono de proyectos", se indica en el informe.
Manuel Acevedo, empresario tinerfeño concienciado de la necesidad de apostar por los negocios limpios, corrobora la conclusión de EQUO. Su familia, que reconvirtió sus fincas de tomates en plantas fotovoltaicas, se las está viendo y deseando para mantener la empresa. "Es una ruina porque se habían acordado unos parámetros de retribución en 2007, pero paulatinamente se han ido eliminando. Es decir, en 2011 el ministro de Industria, José Manuel Soria, el día antes de Navidad, sacó un real decreto para limitar las retribuciones a las placas fotovoltaicas a 1.250 horas de producción al año, cuando en Canarias hay casi 2.000 horas de sol", explica.
"Más tarde, Soria sacó otro decreto para quitar todas las primas a las renovables. Es decir, ya no funcionamos con primas sino con unos parámetros de retribución razonable, que limitan al 7,5%. Sin embargo, no nos están liquidando. Nosotros solo hemos cobrado este año un 60% de lo que deberíamos. Y por eso no nos da para pagar a bancos ni a empleados", asegura.
La familia de este empresario produce 9,4 megawatios, que da para abastecer a 8.000 casas. Su planta de energía fotovoltaica ocupa 170.000 metros cuadrados. "Conozco a gente que está devolviendo sus plantas al banco. Y es que en el sector de las renovables se va a poner la cosa muy, muy mal. Este mismo año los bancos empezarán con las ejecuciones de fincas. Nosotros, por ejemplo, llevamos cinco meses sin pagar al banco porque hemos decidido que priorizamos las nóminas".
Pero los negocios sostenibles no solo luchan contra las normativas de los gobiernos, sino también contra las costumbres y el desconocimiento de la sociedad.
De esto también puede hablar Manuel Acevedo, ya que es propietario de fincas ecológicas en las que cultiva hortalizas y frutas. "Nos cuesta mucho tener una rentabilidad en el mercado local por el poco consumo que la población hace de alimentos ecológicos. De hecho, estamos viviendo del turismo, de los extranjeros que vienen, que sí están concienciados", informa.
Por este motivo, este profesional apuesta por una combinación de negocio local y exportación. "Ahora mismo, aún con los pocos productores que somos, nos estamos peleando por la poca venta que hay. Así que nosotros nos hemos reorientado hacia la exportación. Vamos a por un modelo de exportación y mercado interior que creemos que puede dar rentabilidad".
Y es que pese a que cada vez hay más tiendas que venden productos ecológicos, su aumento no es directamente proporcional a la clientela. "En La Laguna, por ejemplo, hay un boom de tiendas ecológicas. Sin embargo, yo antes recorría cuatro tiendas que más o menos me dejaban unos 400 euros, y ahora recorro siete u ocho tiendas y vendo 350 euros. Los clientes se han repartido, no han crecido", concluye.
Precisamente, una de estas tiendas de La Laguna es La Acequia, que lleva abierta poco más de un año y medio y aunque todavía no puede hablar de beneficios, los propietarios de este negocio son más optimistas: "Avanzamos lentos, pero avanzamos", indica Víctor Afonso, uno de los responsables del negocio. "La Acequia es una tienda de comida, de alimentación, no un herbolario. Es decir, no vendemos pastillas ni suplementación, y tampoco productos no ecológicos. Y los márgenes cuando te centras en ese ámbito son muy limitados, máxime cuando también tratas día a día de que el agricultor reciba el precio más justo por su trabajo", añade. Por ahora, "cumplimos religiosamente con nuestros proveedores y demás pagos".
Esfuerzo
Para los propietarios de esta tienda, la firme creencia en lo que hacen es vital para dedicar todo el esfuerzo posible. "Nos hemos lanzado a una aventura profesional diferente, hemos emprendido en un negocio que tiene que ver con el medio ambiente y la sostenibilidad, algo en lo que creemos a pies juntillas". Por un lado, continua, "divulgamos la ecología en general y la agroecología en particular entre las personas que pasan por la tienda y, por otro, apoyamos, prioritariamente, a los agricultores ecológicos locales quienes hacen una contribución enorme por un sector primario sostenible en nuestras Islas".
En cuanto a la perspectiva de futuro de los negocios sostenibles, Afonso asegura que no es mala. "Cada vez hay más personas concienciadas en que su cesta de la compra contribuye de manera incontrovertible a su salud; a que su entorno sea un lugar menos contaminado y a que los agricultores locales sigan cultivando y cosechando en nuestra Isla.
La empresa Astillas y Pellets de Canarias SL inauguró en febrero en Santa Cruz de Tenerife la primera planta de producción de pellets de madera, con una capacidad de producción de 700 kg por hora. Los pellets –considerados biomasa sólida– son pequeños cilindros compuestos de restos de maderas industriales y materia procedente de limpiezas forestales y podas agrícolas que se utilizan como combustible ecológico de alto rendimiento.
Ignacio Merino Rodríguez, gerente de esta empresa, informa de su idea de negocio "parte de la voluntad de ofrecer una alternativa para que el sector industrial canario pueda abastecerse con energía local en vez de importar esa energía del exterior". De hecho, "los clientes que están consumiendo nuestro producto están ahorrando en su factura energética y contribuyendo a la limpieza de los bosques y a generar empleo local".
Para empezar, esta empresa ha realizado una inversión de unos 500.000, con lo que necesitan fabricar al menos 1.250 toneladas de pellets al año para tener un retorno de la inversión en 6 o 7 años. Sin embargo, aclaran, "en nuestro caso no hemos tenido ayuda alguna de la Administración, ni facilidad para la financiación del proyecto". Aunque esta empresa aún no puede hablar de beneficios, sí se muestra optimista y, sobre si es posible el uso de energías alternativas en Canarias, asegura que sí. "Para el caso de la biomasa la alternativa es viable y el número de clientes va aumentando al corroborar las ventajas del uso de un combustible local".
Geria Sostenibilidad, una asociación canaria que trabaja para conseguir un desarrollo sostenible, apuesta sin titubear por la denominada economía verde. "La economía verde ofrece oportunidades para el crecimiento futuro y la creación de empleo. La agricultura ecológica, las energías renovables, el reciclaje, el tratamiento de aguas residuales, la gestión de los recursos naturales, la silvicultura, y el turismo sostenible, demuestran ser sectores más resistentes a la crisis económica", asegura.
Esta asociación se remite al informe Green Economy and Trade Trends, Challenges and Opportunities (Comercio y economía verde; tendencias, desafíos y oportunidades), "que concluye que los países en desarrollo que cuentan con abundantes recursos renovables están bien posicionados para capitalizar las oportunidades de incrementar su cuota en mercados internacionales en beneficio de productos y servicios sostenibles". Sin embargo, Geria Sostenibilidad advierte de que esto no será posible sin una implicación de la administración pública, el sector privado y la sociedad civil.
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